Realización de fotografías de los comercios Donostiarras para San Sebastián Shops.



Realización de fotografías de los comercios Donostiarras para San Sebastián Shops.
Material fotográfico para la página web y las redes sociales de esta cafetería ubicada en el barrio de Gros.
Anillo Verde de Vitoria
Junto con Silvia Artaza realizamos este reportaje en el que mostramos el conocido Anillo Verde de Vitoria ¿Sabías que Vitoria cuenta con más de 830 hectáreas de superficie natural alrededor de la ciudad? Bosques, humedales, praderas y hasta un jardín botánico con una representación de los principales ecosistemas de Europa forman el popular Anillo Verde, que se puede completar en una ruta de 33 kilómetros.
Diciembre de dos mil diecinueve, por medio de mi hermano drunkat que es patrocinador oficial de este Torneo de Baloncesto me llaman para hacer fotos de los partidos pensadas en ser publicadas en redes sociales y página web.
Lo pensé, no estaba acostumbrada a fotografiar tanto movimiento. Pero, al ser un deporte con el que me siento altamente identificada dije SÍ. Era en el Polideportivo de Benta Berri. Entré, pregunté y me ubiqué. Arrancó el torne y se me fueron todas las vergüenzas y miedos al garete. Empecé a moverme entre el público, bajé a pista y disparé, disparé muchísimo. Cometí errores de los que luego aprendí y seguí disparando.
Querían algo dinámico, así que en cuanto tenía un hueco para parar hacía la selección y enviaba las fotos directamente de la cámara al móvil para enviárselas al cliente y que pudiera ir publicándolas. ¡Estuvo genial! todo fluyó y ellos quedaron contentos. ¡Yo también!
Espero poder volver a repetir una experiencia similar a esta, porque tengo que reconocer que la disfruté.
Una delicia de curro fue este que hice junto con Ane Alarcia. Me pidió material fotográfico para la web que les estaba haciendo ya que estaban a punto de cerrar la tienda y quedarse sólo con los pedidos de los clientes habituales y querían además contar con un soporte digital para poder vender sus grandes clásicos.
Hablamos antes de hacer la sesión con José e Iñigo. Cuando lo tuvimos claro allá nos juntamos en su segunda casa, el obrador que tienen en el Polígono 27. Fue duro, no lo voy a negar. Soy golosa, mucho y entrar en un sitio en el que el olor no te deja pensar con claridad, es complicado. Pero lo superé, superé esa barrera sabiendo que una vez terminada la sesión le daría un buen mordisco a esa delicioso brownie.
No podían parar y nosotras queríamos que lo hicieran, así que pillamos todos los procesos de elaboración de la manera más natural posible. La elaboración de las bombas, los brownies, los xuxos, pastas, etc… Y ellos, José e Iñigo grandes pasteleros que junto a su equipo no tuvieron reparo en mostrarnos con todo lujo de detalles los procesos de cada uno de sus manjares.
Si te da curiosidad de saber el resultado, o si te apetece hacer un pedido, aquí te dejo la página web:
Cuando estuve en Gion tuve la suerte de que mi cuñado me avisara de la presencia de una Geisha que bajaba de un coche. Yo estaba a lo mio, haciendo fotos a carteles, letreros, epatada por la extrema limpieza de la ciudad entre muchas otras cosas.
Fui corriendo, cual paparazzi que persigue al príncipe Harry. No sabía bien cómo actuar, si me dejaría hacerle la foto, si tenía que hacer una reverencia o pedir permiso. Así que intenté cruzar mirada para pedir permiso, pero nada, no tuve respuesta así que me lancé con el riesgo de que alguien me dijera algo o me hiciera borrar la foto. Pero no fue así, ella estaba ahí, miró hacia la calle en busca de su amiga. No me lo pensé mucho, no sabía cuanto tiempo tenía, así que sin pensarlo mucho toque los tres parámetros de la cámara asegurándome un buen resultado y disparé. Estaba enfocada y parecía que a ella no le había sentado mal. Así que me giré para ver lo que ella estaba mirando y ahí estaba entre la gente, su amiga que andaba como a toda prisa con sus zuecos d madera como si de unas Nike calzara. otro disparo loco, esta vez con más ángulo para situar la escena.
Una vez conseguidos las fotos nos alejamos. En general la gente respetaba su espacio, salvo alguno que quiso invadir su espacio vital tocándoles para pedirle una foto y ellas, con el lenguaje universal de la mirada, le hicieron ver que no era posible.
Bonito y gran recuerdo de la visita a Gion.
Una ciudad también se define por la vida que hacen sus habitantes a la orilla del río.
Ojalá haber disfrutado de este maravilloso restaurante de ocio, pero no, fue por trabajo. Aún así, disfruté de lo lindo. Me encantó el caserío por fuera, el comedor con estilo, acogedor. Y el personal, atento pero sin agobiar. También recuerdo el SILENCIO de la cocina, como nunca antes había visto. Estaba claro quien era el capitán ahí. Recuerdo salir sin sensación de haberme hinchado, a pesar de que fueron muchos platos. Lo disfruté, muchísimo y este recuerdo me lo llevo yo para mí para siempre.
Reportaje completo en Guía Repsol